MAR DE MARES.
EL PODER DE LA SEDUCCIÓN
“Los artistas sueñan con un silencio en el que deben entrar, al igual que algunos seres vuelven al mar para desovar”
Iris Murdoch.
El arte se constituye como
expresión y producto del ser humano, así como su reflejo y proyección.
Es el artista el que evidencia, a través de su obra, su actitud frente a
la vida, a la que contempla con mirada estética, en su inagotable deseo
por comprenderla y asumirla. La Naturaleza es la mejor escuela. A
través de ella nos conocemos, analizamos e interpretamos. Sólo cuando
caemos en la contemplación rutinaria, nos limitamos y reducimos nuestras
capacidades. Con su abandono caemos en la deshumanización del arte. Así
pues, el hombre será más elevado, humano y sensible en proporción a su
capacidad y esfuerzo por sentir y comprender a la Naturaleza, al Todo,
al Absoluto y aportar su experiencia en una creación nueva. En esta
línea, Guillermo Simón, un creador de emociones, va atrapando los
universos del mar para hacerlos fluir ante nuestros ojos. Todas sus
obras son poemas de agua en los que traduce esa atracción irresistible
que emana de su grandiosidad. Es la mano magistral del pintor la que nos
conduce, con sus obras, a través de realidades que hemos contemplado
miles de veces y, sin embargo, siempre son diferentes. Un trabajo
cuidado, rico en detalles y matices, con un limitado cromatismo, que nos
descubre ese elemento esencial en nuestra vida y nos hace sentirnos
vivos en su contemplación.
El mundo sólo se hace transparente
para el hombre si el propio hombre es totalmente transparente, si es lo
que es realmente, decía Chao Yong,. Por desgracia, seguimos la rutina de
la vida y nos olvidamos de existir. La mayoría sobrevive. Vivir es
disfrutar y la vida es movimiento y reposo, como el mar. Y, al igual que
pasa con el mar, el mundo, con su poder y su magia, está a nuestra
disposición, pero no nos pertenece, porque “todo aparece y
desaparece, como el sonido del eco, las nubes en el cielo, la luna en el
agua, el rayo, la espuma, el surco del pájaro en el espacio o las
visones del sueño al despertar” (T. Deshimarts) Luz, movimiento y un
dominio extraordinario de la técnica es lo que caracteriza el trabajo
de este pintor asturiano, que se mueve entre el romanticismo y el
expresionismo abstracto americano. El ahora es primordial e incluye todo
el universo cambiante e impredecible. No podemos pedirle a la oscuridad
que se evapore. La luz, que nace en el interior, nos habla de un
artista que se mueve con soltura en la conjugación de luces y sombras,
un pintor que investiga, que se reinventa y que se traduce, a través del
óleo, en distintos materiales: tabla, papel o aluminio, consiguiendo
efectos bien distintos con temas comunes.. Ese deseo, siempre
inconcluso, que asiste a los creadores que nunca se ponen límites.
“El arte y la vida son uno” ( Francois Cheng.)
Guillermo Simón se desliza por
el cuadro como el agua, siempre renovada, con destreza y fuerza,
transformándose, siguiendo el orden cósmico, tan cambiante como la vida
misma. Toda la exposición nos coloca ante ese instante presente que
crea la cadena de las interdependencias. Este punto absoluto incluye al
conjunto de los fenómenos cambiantes; las existencias impermanentes,
todo el cosmos. (Taisen Deshimaru)
No debemos identificarnos con lo
que nos sucede, bueno o malo, porque sería confundir una parte con el
todo. Eludir los problemas es más fácil cuando tienes claro lo que es
imprescindible y quién no necesitas ser ya. La felicidad consiste en
deshacerse del concepto que tenemos de la misma y disfrutar de lo que
somos.
El cambio, la mutación, constituye
una regla cósmica fundamental porque la vida es movimiento y reposo.
Los cambios de verdad son siempre internos y nacen de la necesidad del
individuo cuando se enfrenta a sus miedos. Por esta razón, el mar, con
su continuo cambio, su fuerza y serenidad, genera en nosotros una
atracción irresistible. No existe una realidad, sino varias, cada una de ellas encierra una distinta conciencia del yo,
(Albert Hofmann) El pintor nos acerca esas realidades donde palpita la
vida. Y es que nuestra vida es también un MAR DE MARES. Puedes
enfrentarte a la adversidad, a los cambios imprevistos, a tus miedos
porque el verdadero enemigo siempre eres tú. Guillermo Simón aborta la
esencia de la vida que se abre camino sin licencia. Cuando escuchas tu
verdad, te habla de las fuerzas necesarias para afrontarla, no de la
debilidad y la huída. El mar, al igual que la vida, no te debe nada. El
mar, el agua, es el origen de todo.
MAR DE MARES, una exposición de
Guillermo Simón, un pintor que resucita todas las emociones que duermen
en nuestro interior y nos descubre la grandeza del mar, la misma que nos
hace sentirnos vivos. Extraordinario trabajo que podemos disfrutar
hasta finales del mes de Abril del presente año en la Galería de Arte
Cantero.
“La belleza no es un atributo de las cosas en sí, solo existe en la mente que las contempla” (David Hume)
ANA CRISTINA PASTRANA.
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